lunes, 26 de diciembre de 2011

Era Yo... Eres Tu.

Erase una vez una noche y un corazón en las manos;
eran las estrellas y la brisa, el resplandor de las luces
y la vida semi pasmada... Eran tantas cosas y tan pocas al tiempo...

...Y el vacío, el agujero cortante donde estuvo alguna vez el corazón;
era el eco de cada acontecimiento que retumbaba en él y se hacía grande,
se hacía grande el calor: efímero y vacuo... se hacía grande el frío: glacial, desconcertante;
más aún lo segundo que lo primero...

Era aquel abismo inconsistente, que dejaba resquebrajar el alma con el soplo más ligero;
y una vida, pidiendo a gritos algún sentido... Un alma buscando luz,
huyendo de las sombras que llenaban por completo su interior;
consumían su mundo surcando el cielo de su memoria y golpeando con fuerza su presente...

Era el mundo de las cosas rotas, de la confusión, la perturbación...
Pandemonium sin salida, chocando a un lado y a otro, intentando escapar...
Sumergida en el caos, en aquel estruendo lúgubre...
Mil heridas y el dolor... Un corazón agonizante.

Era mi vida sin sentido, era yo antes de Ti; a grises, errante, en letargo interminable...
Mis ojos vendados, mis oídos cerrados, mi camino roto y mis pies vacilantes.
Fuiste Tu, quien me salvó de aquel agujero,
quien llenó de brillo mis ojos y le dió sentido a mi existencia
Eres Tú, quien me da motivos para seguir y fuerza para luchar....