miércoles, 8 de febrero de 2017

Ríe.

Hay tanto poder en tu risa... Aún no logro entender qué es exactamente lo que me cautiva de ella; sólo sé que adoro esos momentos en que tu rostro se crispa y millones de células colorean tu cara y ríes fuerte a carcajadas, sin parar, retorciéndote de felicidad, como un niño. Y aunque suene a exageración, tu risa me llena de vida, me alegra el alma, me ilumina por dentro. Hay algo de divino en ella, y eso ya es mucho decir para un ser tan terreno como yo.

He archivado en mi memoria las imágenes de ti riendo en la carpeta "favoritos". Recurro a ella cuantas veces puedo, la repaso una y otra vez, me permito llenarme con la tibieza que me inunda por dentro cada vez que recuerdo aquellas escenas. Sé que te cuesta creer todo lo que te digo, que no entiendes por qué me fascinan tanto ciertas cosas de ti; por ejemplo cuando digo que adoro tus ojos, su color, su forma y especialmente la dulzura con la que me miran. Cómo desearía que te vieras a través de los míos para que pudieras entender todo lo que generas en mi. Quizá lo que adoro de tu risa es el sentimiento ingenuo y narciso de que yo la causo, de que eres tan feliz junto a mi como yo lo soy cuando estoy contigo.

No hay comentarios: